Este martes 12 de julio, un enfrentamiento en Topilejo entre presuntos integrantes de la facción del Cártel de Sinaloa, “Los Chapitos”, y oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), dejó como saldo dos policías heridos y 14 personas detenidas, precisó el jefe de la policía capitalina, Omar García Harfuch.
Doce años antes, una mañana de 2010, los vecinos de Topilejo fueron testigos de la irrupción de varios elementos del Ejército mexicano, provenientes de la vigésimo cuarta zona militar, con sede en Cuernavaca, Morelos, a una zona donde anteriormente habían sido vistos vehículos sin placas y hombres con armas.
Los militares estaban ahí para confirmar si un niño de 14 años, apodado “El Ponchis”, había sido el responsable de la muerte de cuatro personas que fueron degolladas y sepultadas en la zona de Topilejo.
En México, todos recuerdan a Édgar N. alias “El Ponchis”, un niño involucrado desde los 11 años con la delincuencia organizada, quien tras su detención en 2010 confesó haber asesinado a cuatro personas por órdenes de un mando del Cártel de Sinaloa apodado “El Negro” Hernández Radilla, un militar desertor que juró lealtad a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En un video difundido en YouTube se vio a “El Ponchis” cortando el cuello de una de sus víctimas, en otro se le ve golpeando a un hombre y en otro más al lado de un cadáver, según fuentes militares.
A Édgar nunca le gustó la escuela y sus “maestros” fueron las malas compañías y las drogas. A los 11 años llevó a cabo su primer asalto a un negocio y fue detenido. Es originario de San Diego, California, Estados Unidos. Creció en un ambiente sórdido y con poco amor por parte de sus padres, quienes más de una vesz fueron arrestados por tráfico de drogas.
Los delitos que le imputaron a “El Ponchis” fueron por posesión de armas de fuego exclusivas del Ejército y participación en secuestros, torturas y homicidios. Lo condenaron a tres años de cárcel, los cuales cumplió en noviembre de 2013, cuando fue liberado en medio de un gran despliegue de seguridad, custodiado por policías estatales y federales para evitar un posible atentado contra el menor, que sabía demasiado sobre el también llamado Cártel del Pacífico.
Fue trasladado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para de ahí llevarlo el 3 de diciembre de 2010 a los Estados Unidos.